El otro día abrí mi Firefox, navegador que uso habitualmente, y me dijo que había una actualización disponible. La instalé sin pensármelo mucho pero, me entró la curiosidad y piqué en la pestaña que me ofrecía para saber algo más sobre la actualización en cuestión.
Su utilidad, me decía la web, era "tapar" un agujero de seguridad detectado. Vaya, me dije yo, ya empezamos, como el Internet Explorer.
Yo por si acaso, me bajé y me instalé el Flock, aunque no sea más que para ir probando.